lunes, 16 de febrero de 2015

EJERCICIO PARA 2 ARTES TEATRO (máscara)


Deberás COPIAR A UN DOCUMENTO DE WORD y memorizar el presente texto para interpretarlo con uso de media máscara en el salón.


                                  LAS NUECES EN ALMIBAR.
Basado en un texto de Edgar Ceballos. Libro de Oro de los Payasos
                       (Ejercicio de interpretación para técnica de clown y commedia dell'arte)
                             PUEDE SER CUALQUIER PATRÓN Y CUALQUIER CRIADO

MAGNÍFICO: eh, tú Zanni, criado, se ve que eres un criado inteligente, ¿verdad? Pues bien, te daré un encargo de mucha confianza y adecuado para ti. Lleva este frasco a la doncella Flaminia, al numero 17 de la calle Dos Agujeros. El frasco contiene una cosa muy rara: "nueces en almibar". Contiene cinco nueces. Cada nuez cuesta cien pesos y el líquido veinte pesos la gota.

ZANNI: oh! Deben ser muy ricas!

MAGNÍFICO: Son deliciosas, pero por ningún motivo debes comerlas, aunque la señorita te las ofrezca; es necesario que te niegues. ¿Entendido? Y recuerda: doncella Flaminia, al numero 17 de la calle Dos Agujeros.

ZANNI: Cuente conmigo, señor. Ah, pero claro que sabe usted que yo soy un pobre que tiene necesidad, que vive al día y que tiene que mantener una prole de tres...

MAGNÍFICO: Entiendo, entiendo, toma unas monedas...

ZANNI: Gracias, voy volando. (Espera a que se vaya). Tienen que ser muy ricas estas nueces. Vamos a ver: señorita Dos agujeros, calle Diesiciete, número Flaminia, voy enseguida...
Oh! Que rico huele. Voy enseguida a entregar mi encargo. (Tropieza y rompe el sello de papel, tocando el almibar accidentalmente con los dedos, se los chupa) ¡Que desastre! Mmmhh, que rico!, veinte pesos la gota, cien pesos la nuez... Y si probara a comerme una nuez, nadie lo llegaría a saber. (Come una) Ohhh! Que delicia... Bueno, bueno, es necesario que me apure, Doncella Diesiciente, calle Flaminia, numero 17. (Va a avanzar y se pone una mano sobre el estómago. Rie a carcajadas) Me hace cosquillas, se aburre solita, es necesario que le consiga una compañera. Con un poco de almibar. Ahora sí, me tengo que ir. Ohh! Las nueces se están peleando, tengo que comer otra para enviarla a que las separe, con otro poco de almibar. Esta vez me voy. ¿Pero que pasa? ¿Las dos nueces se han puesto de acuerda para derrotar a la tercera? Se necesitan refuerzos, con otro poco de almibar. Ahora se siente mucho mejor. Pero si consideramos que solo me queda una, me comeré esa tambien...con otro poquitín de almibar. Oh! Y ahora...¿el encargo? Ya sé, me esconderé...allí. ( se mezcla entre el público)

MAGNÍFICO: (Entrando) Bah! Este Zannii estúpido aun no regresa...

ZANNI: (Entrando de entre el público) Esté, aqui estoy, ¡Ufff, que carrera!

MAGNÍFICO: Muy bien, digame qué le ha dicho la doncella...

ZANNI: Que le diera las gracias, oiga por cierto que doncella, eh! Estaba tan contenta.

MAGNÍFICO: ¿Se comió las nueces en almibar?

ZANNI: Se las comió todas frente a mí.

MAGNÍFICO: Pero usted, ¿no las habrá comido, verdad?

ZANNI: Oh! No señor, me ofende.  ¡Se lo juro!

MAGNÍFICO: Perfecto, ahora tiene que hacer las maletas y empacar todo de prisa. Dentro de una hora, tenemos que estar lo suficientemente lejos de aqui...

ZANNI: ¿Nos vamos? ¿Por qué?

MAGNÍFICO: Pero ¿todavía no lo ha entendido? Aquella doncella me ha ofendido, me ha desdeñado y ahora yo, me he vengado: ¡La he envenenado! Ja, ja, ja,,ja, ja, ja. 

(El Zanni, al escuchar estó, se empieza a retorcer, a hacer muecas y finalmente rueda por el piso)

ZANNI: Ohhh! Me muero...

MAGNÍFICO: Pero¿qué le pasa? ¿No habrá sido que por casualidad se ha comido las nueces?

ZANNI: ohh, solo fue un poco de almibar...

MAGNÍFICO: ¡Pobrecito! Está frito. Pero si solo se tomo el almibar, tengo el antídoto... ( a punto de salir y el Zanni lo detiene)

ZANNI: ¡También me comí una nuez¡

MAGNÍFICO: ¡Morirá! En todo caso, intentaré darle el antídoto parA una sola nuez...

ZANNI: (llora) Me comí dooooosss...

MAGNÍFICO: Entonces no puedo hacer nada. Pero no está de más intentar con mas antídoto, ojalá sirva para dos nueces...

ZANNI: ¿Y si fuera para tres? ¿O para cuatro? ¿O para cinco?

MAGNÍFICO: Entonces ¿Se las comió todas?

ZANNI: ¡Sí, y tambien el almibar! Ay Dioses, tengo retortijones... ¿O se dice retorcijones? No sé, igual me duele...

MAGNÍFICO: Aqui tiene, tome un poco de vino.

ZANNI: (trago enorme de vino) Mmmmhhh, ahora me siento mejor. ¡Retortijones! ¡Vino! ¡Retortijones! ¡Vino!

MAGNÍFICO: ¡Se acabó el vino!

ZANNI: ¿No queda nada de vino? ¡se acabaron los retotijones! 

MAGNÍFICO: ¡Muy listo! Sabía muy bien cuán goloso eres, Zanni, pero ahora te voy a dar tu medicina....( saca un Battocchio y le propina una paliza mientras salen gritando) ¡Belitre! ¡Zabandija! ¡Zoperutano! ¡Pocarropa! ¡Nalgasmiadas!



HAMLET.- Dirás este pasaje en la forma que te le he declamado yo: con soltura de lengua, no con voz desentonada, como lo hacen muchos de nuestros cómicos; más valdría entonces dar mis versos al pregonero para que los dijese. Ni manotees así, acuchillando el aire: moderación en todo; puesto que aun en el torrente, la tempestad, y por mejor decir, el huracán de las pasiones, se debe conservar aquella templanza que hace suave y elegante la expresión. A mí me desazona en extremo ver a un hombre, muy cubierta la cabeza con su cabellera, que a fuerza de gritos estropea los afectos que quiere exprimir, y rompe y desgarra los oídos del vulgo rudo; que sólo gusta de gesticulaciones insignificantes y de estrépito. Yo mandaría azotar a un energúmeno de tal especie: Herodes de farsa, más furioso que el mismo Herodes. Evita, evita este vicio. 
Ni seas tampoco demasiado frío; tu misma prudencia debe guiarte. La acción debe corresponder a la palabra, y ésta a la acción, cuidando siempre de no atropellar la simplicidad de la naturaleza. No hay defecto que más se oponga al fin de la representación que desde el principio hasta ahora, ha sido y es: ofrecer a la naturaleza un espejo en que vea la virtud su propia forma, el vicio su propia imagen, cada nación y cada siglo sus principales caracteres. Si esta pintura se exagera o se debilita, excitará la risa de los ignorantes; pero no puede menos de disgustar a los hombres de buena razón, cuya censura debe ser para vosotros de más peso que la de toda la multitud que llena el teatro. Yo he visto representar a algunos cómicos, que otros aplaudían con entusiasmo, por no decir con escándalo; los cuales no tenían acento ni figura de cristianos, ni de gentiles, ni de hombres; que al verlos hincharse y bramar, no los juzgué de la especie humana, sino unos simulacros rudos de hombres, hechos por algún mal aprendiz. Tan inicuamente imitaban la naturaleza. 
Corregidle del todo, y cuidad también que los que hacen de payos no añadan nada a lo que está escrito en su papel; porque algunos de ellos, para hacer reír a los oyentes más adustos, empiezan a dar risotadas, cuando el interés del drama debería ocupar toda la atención. Esto es indigno, y manifiesta demasiado en los necios que lo practican, el ridículo empeño de lucirlo. Id a preparaos.